domingo, 30 de septiembre de 2012

LA NUBE DE LOS SUEÑOS


Realidad y fantasía se entrelazan en esta historia ambientada en Batalyaws, donde Carmen conoce a un niño con el don de contar relatos capaces de embelesar a ricos y pobres, grandes y pequeños. Su don es tan apreciado por el rey como codiciado por el más nefasto de los personajes. Sólo una extraña nube podrá custodiarlo y preservar los sueños fantásticos de Salim en una cueva encantada, en algún lugar de Batalyaws.


                                                             Fragmentos


     Subió a la azotea. Al fondo se veía el dibujo que hacía la torre del Alpéndiz sobre un  horizonte de fondo rojo. El aire era tibio y traía el perfume de los geranios. Él miraba las nubes que remolonas iban pasando. De pronto, entre las macetas apiñadas, llenas de flores, se oyó un ruido.  Pensó que sería el gato del vecino o algún roedor. Cuál no sería su sorpresa al descubrir a una niñita agazapada entre los tiestos.

                     Tú eres Salim Ibn Rüyalar, Príncipe de los Sueños. Tu magia es poderosa aunque ahora la desconozcas. Tu poder es grande. Pero aún eres joven e inexperto y por ello vengo a prevenirte que el gran mago Kâbus te está buscando por todo el reino de Al-Andalus. Quiere arrebatarte toda tu fuerza y tu magia. Está cerca, Salim. Tu fortaleza radica en tus historias.
  

                  Lo condujeron a palacio  a presencia del rey. Cuando llegaron, lo introdujeron en una estancia muy lujosa. Las paredes estaban recubiertas por ricos tapices y las ventanas por alfombras que tamizaban la luz radiante y fuerte del mediodía. Al fondo se encontraba un pebetero magníficamente labrado que esparcía el aroma del incienso por toda la habitación.
 Los soldados lo mantuvieron arrodillado y así contempló el frío mármol rosa sobre el que se inclinaba.  Apareció un hombre bajito, lujosamente vestido del que sólo pudo ver sus pies cubiertos por unas espléndidas babuchas de piel y unas manos grandes y bien cuidadas.




              En la ciudad de Batalyawus, mientras tanto, Kâbus había quedado encerrado tras las murallas. Su ira era enorme. Fue, entonces directamente a presentarse al rey ofreciendo sus servicios y sus guardias para capturar al prisionero.  Así el muy astuto hechicero consiguió que el rey diera orden de abrirle las puertas para que pudiera salir tras el joven príncipe.

           El príncipe de los sueños temía que el gran hechicero se apoderara de todas las leyendas privando a la humanidad de todos los cuentos, gestas, epopeyas, relatos que hacen la vida de los hombres más hermosa y llevadera.